Una alimentación equilibrada está directamente relacionada con el buen funcionamiento del sistema inmune por eso es importante tener una alimentación variada que aporte altos niveles de grasas omega 3 (pescados, semillas de linaza y chía o suplementos), alimentos ricos en fibra y no procesados como frutas, verduras, frutos secos, semillas, cereales integrales y legumbres.
Pondremos especial énfasis en el consumo de frutas y verduras que proporcionan un depósito de flavonoides (antioxidantes) considerados la piedra angular de una dieta antiinflamatoria. Se recomienda un mínimo de 2-3 frutas y 4-7 porciones de verduras al día que proporcionan un depósito adecuado de flavonoides (si dada la contingencia esto no es posible, es preferible tomar un multivitamínico o suplementos con efecto antioxidante).
Reducir el consumo de alimentos procesados en general y particularmente evitar el consumo de azúcares refinados (como dulces, galletas, etc), lácteos (no más de 1 porción al día), trigo (harinas blancas no más de 1 porción al día) y grasas saturadas (evitar carnes rojas y derivados cárnicos como jamón, embutidos) porque son alimentos proinflamatorios que predisponen a mayor inflamación y respuesta inmune exagerada.
Se ha descubierto que muchos flavonoides que se encuentran naturalmente en frutas y verduras, in vitro, reducen la señalización del inflamasoma NLRP3 y, en consecuencia, la expresión de NFkB, TNF-a, IL-6, IL-1B e IL-18. Algunos de los flavonoides específicos que han demostrado tener este efecto y que se pueden encontrar en la dieta y/o suplementos dietéticos incluyen:
- Baicalina y wogonósido de Scutellaria baicalensis (casquete chino)
- Liquiritigenina de Glycyrrhiza glabra (regaliz)
- Dihidroquercetina y quercetina que se encuentran en cebollas y manzanas. Cabe destacar que la quercetina también funciona como un ionóforo de zinc, quelando zinc y transportándolo al citoplasma celular. En teoría, esto podría mejorar las acciones antivirales del zinc.
- Miricetina que se encuentra en tomates, naranjas, nueces y bayas.
- Apigenina encontrado en Matricaria recutita (manzanilla alemana), perejil y apio.
- Cúrcumina que se encuentra en la raíz de la cúrcuma.
- Galato de epigalocatequina (EGCG) del té verde. Se ha encontrado que EGCG tiene actividad antiviral contra una amplia gama de ADN y ARN virus, especialmente en las primeras etapas de la infección al prevenir la unión viral, la entrada y la fusión de membrana. EGCG, junto a quercitina, es un ionóforo de zinc, por lo tanto, potencialmente mejora la acción antiviral del zinc.
TIPS:
- Para reducir la inflamación y evitar una respuesta inmune inapropiada o exagerada elige llevar una alimentación antiinflamatoria rica en frutas, vegetales, semillas, frutos secos, legumbres y fibra (o sea una alimentación a base de alimentos naturales y no procesados), baja en lácteos, azucares refinados, grasas saturadas y trigo .
- En cada plato que comas, al menos la mitad deben ser verduras y/o frutas (mezclar verduras verdes y de otros colores). Si tienes problemas con el metabolismo de los azúcares (resistencia insulina, intolerancia a los carbohidratos o diabetes) es recomendable asesorarte por un profesional.
- Todos las especias naturales (orégano, romero, laurel, cúrcuma, etc.), semillas, aceite de oliva, limón, etc se pueden usar para aliñar comidas y ensaladas.
- Si hay algo que quieras consumir que no sabes si es saludable o no, pregúntate si es natural o es procesado y elige siempre un alimento natural.
Recordar que es muy importante consumir min 2 litros de agua al día. (sin contar té o café)